Cada año más países renuncian a la pena de muerte y ya son 140 los que la han abolido, además, los que aún no lo han hecho «están cada vez más aislados», según Amnistía Internacional (AI) .(AI) .
Con motivo de la conmemoración hoy del décimo aniversario del Día Mundial contra la Pena de Muerte, AI afirmó que los países que aplican la pena capital se han reducido en más de un tercio en comparación con la cifra de hace diez años, cuando se registraron ejecuciones en 31 países frente a los 23 de 2010 y los 20 de este último año.
En 58 países este castigo es legal, lo que significa, según ha señalado la organización en un comunicado, que más de 20.000 personas en el mundo están a la espera de ser ejecutadas.
Entre los países en los que se aplica esta pena, se encuentran, a juicio de Amnistía, un grupo de cinco «irreductibles» que aglutina el 90 por ciento de las ejecuciones.
Se trata de China «con miles de ejecuciones cada año»; Irán, donde se han producido «al menos" 182 hasta septiembre de 2012, 35 de ellas en público, además en este país, según AI, se ejecuta a menores y a persona acusadas de adulterio y sodomía; Irak, donde en 2012 se han llevado a cabo 139; Estados Unidos 66 en 2012; y Arabia Saudí, donde al menos murieron 82 personas en 2012.
En el caso de Arabia Saudí, AI ha hecho hincapié en que es uno de los países que más ha retrocedido, ya que el pasado año triplicó el número de ejecuciones y ha asegurado que los procedimientos judiciales «a menudo incumplen las normas internacionales sobre juicios justos» y «raras veces» se permite a los acusados tener asistencia letrada.
Con motivo de la conmemoración hoy del décimo aniversario del Día Mundial contra la Pena de Muerte, AI afirmó que los países que aplican la pena capital se han reducido en más de un tercio en comparación con la cifra de hace diez años, cuando se registraron ejecuciones en 31 países frente a los 23 de 2010 y los 20 de este último año.
En 58 países este castigo es legal, lo que significa, según ha señalado la organización en un comunicado, que más de 20.000 personas en el mundo están a la espera de ser ejecutadas.
Entre los países en los que se aplica esta pena, se encuentran, a juicio de Amnistía, un grupo de cinco «irreductibles» que aglutina el 90 por ciento de las ejecuciones.
Se trata de China «con miles de ejecuciones cada año»; Irán, donde se han producido «al menos" 182 hasta septiembre de 2012, 35 de ellas en público, además en este país, según AI, se ejecuta a menores y a persona acusadas de adulterio y sodomía; Irak, donde en 2012 se han llevado a cabo 139; Estados Unidos 66 en 2012; y Arabia Saudí, donde al menos murieron 82 personas en 2012.
En el caso de Arabia Saudí, AI ha hecho hincapié en que es uno de los países que más ha retrocedido, ya que el pasado año triplicó el número de ejecuciones y ha asegurado que los procedimientos judiciales «a menudo incumplen las normas internacionales sobre juicios justos» y «raras veces» se permite a los acusados tener asistencia letrada.
«La pena de muerte es una acción cruel, inhumana e irreversible que viola el derecho humano básico a la vida y la dignidad «una terrible e irreversible pérdida de vida humana".
«La pena de muerte nunca puede revertir el crimen que pretende castigar, ni tampoco mitigar la pérdida de una víctima. Debería ser una reliquia del pasado .
La pena de muerte es la forma más extrema de pena cruel, inhumana o degradante. La pena de muerte constituye una violación del derecho a la vida. La pena de muerte es irreversible y entraña el riesgo de que se ejecute a inocentes. No se ha podido demostrar nunca que la pena de muerte tenga mayor efecto disuasorio frente a la delincuencia que otros castigos.
«La pena de muerte nunca puede revertir el crimen que pretende castigar, ni tampoco mitigar la pérdida de una víctima. Debería ser una reliquia del pasado .
La pena de muerte es la forma más extrema de pena cruel, inhumana o degradante. La pena de muerte constituye una violación del derecho a la vida. La pena de muerte es irreversible y entraña el riesgo de que se ejecute a inocentes. No se ha podido demostrar nunca que la pena de muerte tenga mayor efecto disuasorio frente a la delincuencia que otros castigos.
Matthew Poncelet (Sean Penn), un joven condenado a la pena capital por el asesinato de dos adolescentes, reclama desde la prisión la ayuda de la hermana Helen Prejean (Susan Sarandon). Durante la semana anterior a la ejecución, Helen intentará que Matthew consiga la absolución y la paz espiritual. Sin embargo, a la hermana Helen no sólo le angustia la espantosa agonía del condenado, sino también el dolor de las familias de las víctimas. "Pena de muerte" es un alegato contra la pena de muerte, que se basa en una historia real. (FILMAFFINITY)
"Fría y extensa narración, sin retórica, hecha con mano maestra"
La lucha por la abolición de la pena de muerte en el
mundo ha de continuar hasta conseguir que ésta haya desaparecido por
completo. En este inicio del siglo XXI, el movimiento abolicionista está
adquiriendo una fortaleza cada vez mayor contra la Pena de Muerte,
aunque es necesaria una mayor conciencia social acerca de la necesidad de
acabar con la pena de muerte en todo el mundo.
No se mata para demostrar que no se debe de matar .
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